Ingredientes (2 personas)
- 1 Berenjena Pequeña (grande puede dar hasta para 4 personas)
- 100 gr de Harina (la hay especial para tempura, aunque hemos utilizado normal)
- 100 ml de Agua Helada
- Miel de caña
- Sal
- Aceite para freír
- Pelamos la berenjena y la cortamos en círculos o en bastones, de bocado. Nosotros la hemos cortado con forma de finos gajos. Es importante que sea un corte más bien fino, para que se cocine al tiempo que se hace la tempura.
- Para evitar el amargor, disponemos los trozos en un colador y los salamos por todas sus caras. Los dejamos unos 30 minutos para que suden y suelten su agua.
- Pasado este tiempo, preparamos la tempura, justo cuando la vayamos a utilizar. Para ello, ponemos en un bol la harina y vertemos poco a poco el agua helada, mientras removemos con unas varillas.
- Escurrimos las berenjenas con agua para eliminar el exceso de sal.
- Echamos abundante aceite en una sartén y lo calentamos a fuego fuerte.
- Sumergimos varios gajos de berenjena en la tempura, empapando bien por todos lados. Posteriormente los introducimos en el aceite caliente uno a uno.
- Cuando se hayan dorado por un lado, damos la vuelta y cuando estén totalmente dorados, los sacamos a una rejilla para que escurra el exceso de aceite sin que se ablanden.
- Repetimos los pasos 6 y 7 hasta freír toda la berenjena.
- Emplatamos y añadimos la miel de caña por encima, generosamente.
Las berenjenas hay que comerlas recién hechas porque de momento se ponen lacias y aunque siguen estando ricas, es mejor comerlas crujientes.
Si necesitamos freír una buena cantidad, habrá que cambiar el aceite, pues al necesitar alta temperatura y llevar harina, esta se quema, y producirá olor y sabor desagradable.
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